Sosteníamos entre las tres, una emoción extensa en nuestras miradas. Hoy, es el día. Crujir de envoltorios, y de pronto, lo veríamos ya instalado. Previamente, mi madre, buscaba un encantador mantel, lleno de hermosas puntillas y delicados bordados. Siempre almidonado, blanco como la nieve y reservado única y exclusivamente para esta fecha.
Ya está sobre su blanca superficie el siempre verde.
Hoy es el día. Hoy es nuestro.
Hoy era la promesa de brindarle, las tres al mismo tiempo, a cada una de las ramitas de aquel pino, que mí padre a la casa había traído desde algún lejano lugar que hoy ya he olvidado, nuestra libertad frente a la enorme estatura de la belleza.
-"mí sombra te ha de hacer falta cuando te fatigue el sol"-Pajarillo-
-antigua canción Ecuatoriana-
Este era solo el primer paso. Ese "arbolito" una vez engalanado, cubriría con sus delicados resplandores la intimidad de un reducido grupo de imágenes moldeadas, que en su serena paz, un soñado, feliz y prometedor nacimiento parecían aguardar.
Nuestro fue el Día y nuestra fue también la Noche.
Susana Llerena
08 de Diciembre de 2024