Consuelo
Tu te posas y tenaz,
aroma, origen y consistencias examinas,
teros, mariposas, muy resueltas golondrinas.
Al mar caprichoso, consuelo pedíais:
<<Recobrar el aliento quisiera>>.
Pequeña nao, silueta oscura
horizontes de amor surcáis
mientras tu Dios, febril,
desde los irisados médanos, ordena:
<<Te derretiréis mucho antes del anochecer>>.
Perseguisteis como Diana,
forma, gusto, color.
Con dulcísimo impulso, más cantos y aleteos,
finalmente, a tus hermanas las aves,
te vimos igualar,
y en un instante, desde atrevida espiral
en dirección a lo eterno virar.
Susana Llerena
10 de Febrero de 2010
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